Imagen: Los niveles de peligro mostrados en el mapa van de la zona A a D en orden ascendente.
Quizá en algún momento hayas notado que la mayoría de los sismos en nuestro país casi siempre suceden en los mismo lugares, pero… ¿por qué?
La actividad sísmica en territorio nacional es intensa y es representada, en su mayoría, por los sismos interplaca, muchas veces de magnitud considerable, generados por la interacción entre placas tectónicas y ubicados principalmente en la costa suroeste.
Sin embargo, para el noreste de México, existe otro origen para los sismos que se llegan a registrar, estos son los sismos corticales. Este tipo de sismos son generados por la actividad de fallas corticales, por lo general superficiales y de poca magnitud.
El principio de estos sismos es que al moverse superficies rugosas entre sí, la fricción genera que se acumulen los esfuerzos del movimiento y que en consecuencia se liberen de forma repentina en forma de sismos.
La CFE (Comisión Federal de Electricidad) elaboró un mapa de regionalización sísmica donde se definen a las zonas con diferente nivel de peligro sísmico en función de la probabilidad de ocurrencia de un temblor, las fuentes, la magnitud, entre otras.
Estados como Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Durango, la parte este de Chihuahua, Aguascalientes, San Luis Potosí, Zacatecas, así como Yucatán, Campeche, Quintana-Roo y el norte de Veracruz pertenecen a la zona A y están dentro de los niveles más bajos de peligro. Cuando se llega a producir un temblor en estas zonas, suele ser de baja magnitud, aunque eso no les quita lo destructivo, pues al estar menos acostumbradas estas zonas a la sismicidad, la cultura de prevención y los códigos de construcción suelen ser más relajados.
La zona B es de riesgo intermedio, y está comprendida entre algunas zonas de Tabasco, Campeche, la parte central de Veracruz, Hidalgo, Jalisco, Querétaro, Nayarit, Sonora, Sinaloa y Chihuahua.
En la zona C también presenta un riesgo medio de sismo, y está comprendida por la zona norte de Chiapas, Oaxaca, el sur de Veracruz, Puebla, Michoacán, Estado de México, la Ciudad de México, Morelos, el centro de Jalisco y Nayarit, la costa de Sonora, además de la mayoría de Baja California Norte y Baja California Sur.
Por último, se encuentra la zona D, es decir, la zona con mayor nivel de peligro sísmico y donde se han registrado los terremotos históricos más devastadores. En esta parte se localizan el sur de Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Colima, Jalisco y la zona norte de Baja California Norte.
Sin importar la zona donde vivas, estar preparado siempre será la clave para minimizar el impacto de los sismos. No solo te recomendamos hacer simulacros sin salir de casa, también revisa la seguridad de tu inmueble consultado con especialistas como arquitectos o ingenieros estructuristas y reparando daños previos o reforzando tu estructura.
SkyAlert
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