La colonia Roma es uno de los rincones más conocidos y valorados por las y los chilangos, su relevancia se encuentra en la variedad de sus parques, restaurantes, cafeterías, bares y sobre todo, en su peso histórico, ya que ha sido uno de los lugares que guarda memorias de la época del Porfiriato.
Se trata de una localidad que se encuentra en el centro de la capital mexicana y forma parte del corazón de la alcaldía Cuauhtémoc, el sitio que alberga un gran número de tesoros que datan de siglos anteriores. La trayectoria de este espacio ha sido larga, sus calles y sus construcciones son una muestra viva de la historia del México del siglo XX que se ha mezclado con la arquitectura actual.
La Roma fue fundada a principios del siglo XX por los empresarios Edward Walter Orrin, Pedro Lascuráin y Cassius Lamm y el proyecto estuvo financiado por la élite política de aquel entonces. El motivo por el que se le dio el nombre de “Roma” se debió a que el terreno donde se colocó la primera piedra de la obra fue conocido por mucho tiempo como “los Potreros de Romita”.
Desde sus inicios, las bellas construcciones y las amplias avenidas sorprendieron a toda la población, no por nada sus calles y sus edificios con diseños particulares han quedado plasmados en una gran cantidad de películas mexicanas y en algunas obras de literatura. De acuerdo con el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, su estilo resalta principalmente por “su arquitectura art decó, art nouveau y neogótico, situación que da una sensación de haberse detenido en el tiempo”.
La misma fuente detalla que este sitio, junto con la colonia Condesa, desde el principio fueron creados para dar hogar a la aristocracia cercana a Porfirio Díaz. Además se convirtió en una zona exclusiva de las clases altas, por tal motivo, se empezaron a edificar hermosas mansiones y lujosas casas.
Las aspiraciones extranjeras del dictador no se quedaron solamente en el ámbito diplomático, puesto que como parte del proyecto de “orden y progreso” se acordó que la Roma y la Condesa serían planeadas para ser un lugar de “ensueño” parecido a las colonias europeas, en específico a las de Francia, por esta razón se diseñaron bulevares y grandes camellones “al estilo París”.
De esa forma, las colonias se convirtieron en la “meca de la clase alta”, pues no sólo gozaban de bellos parques o impresionantes inmuebles, también disfrutaban de servicios como agua y luz, dos recursos que en aquellos tiempos, representaban un gran privilegio, ya que no cualquiera tenía acceso a esos medios.
Tiempo después, en la época de la Revolución Mexicana, la Roma fue habitada por carrancistas e incluso, Álvaro Obregón, líder del ejército de Venustiano Carranza, llegó a vivir durante un tiempo en dicha zona. Su presencia en el sitio fue tan relevante, que hoy en día existe una avenida que cruza la localidad con su nombre. Después llegaron otras obras de desarrollo que modificaron notablemente el entorno, principalmente por el cambio a un estilo Neocolonial.
Según información de la alcaldía Cuauhtémoc, actualmente el territorio conserva “más de mil inmuebles de la época, construidos con influencia de la cultura francesa”. También destaca por numerosos museos, mercados y zonas naturales entre las que sobresalen el Jardín Pushkin y el Parque Juan Rulfo.
No cabe duda de que la Ciudad de México (CDMX) no sólo brilla por la variedad de monumentos simbólicos como el Palacio Nacional, el Castillo de Chapultepec, el Ángel de la Independencia o el Palacio de Bellas Artes, también es el hogar de colonias muy conocidas como Polanco, Juárez, la del Valle, la Roma y la Condesa.
Gracias a las grandes inversiones que ha habido en estos sitios, hoy se posicionan como lugares turísticos que al mismo tiempo poseen áreas exclusivas. Por otro lado, igualmente cuentan con diversos espacios para disfrutar el rato con los seres queridos y apreciar inmuebles antiguos.